Presidente municipal de San Pedro Ixtlahuaca golpea a mujer indígena
San Pedro Ixtlahuaca, Oaxaca. – Roberto Pérez Delgado, presidente municipal de esta localidad y suplente de la senadora Laura Estrada Mauro, ha desatado indignación tras protagonizar un brutal acto de violencia contra una mujer indígena. En un video que circula en redes sociales, se observa cómo Pérez Delgado, escoltado por hombres armados, agrede físicamente a la mujer, dejándola con golpes y sangrando del rostro.
La agresión ocurrió mientras la mujer intentaba defender a otra persona que era golpeada por los escoltas del edil.
En el video se aprecia cómo Pérez
Delgado, fuera de sí, la jala del cabello y le propina un puñetazo. No conforme, junto con uno de sus presuntos guardaespaldas armado con un machete, persiguió a la víctima para seguir agrediéndola. A pesar de que por momentos la pierden de vista, el presidente municipal logra interceptarla y continúa golpeándola.
¿Quién defenderá a la mujer indígena?
El acto ha desatado críticas hacia la pasividad de organismos gubernamentales, instituciones defensoras de derechos humanos y dependencias de atención a mujeres indígenas. La brutalidad del ataque plantea una pregunta urgente: ¿qué acciones tomarán las autoridades para garantizar justicia?
Organismos y activistas han exigido una respuesta inmediata ante este caso de violencia de género, que además está acompañado de un trasfondo de abuso de poder e impunidad. Hasta el momento, ni la senadora Laura Estrada Mauro ni el gobernador Salomón Jara han emitido declaraciones al respecto.
La comunidad y diversos sectores sociales claman justicia para la mujer agredida, que representa no solo a las víctimas de violencia física, sino también a las mujeres indígenas marginadas por el sistema. La pregunta persiste: ¿seguirá este caso en la impunidad o veremos una acción firme contra Roberto Pérez Delgado?
La violencia contra mujeres, especialmente en comunidades indígenas, no puede ser tolerada. Este caso debe marcar un precedente, no solo para castigar al agresor, sino para demostrar que ninguna autoridad está por encima de la ley.