Recomendaciones para el alma por Arturo Vásquez Urdiales

06 de diciembre de 2024

*En la vastedad de culturas,
los proverbios, astros de palabras,
brillan en la bóveda de la sabiduría.

Cada nación, un espejo,
cada verso, un reflejo,
y el alma, viajera incansable,
recoge los frutos de su andar.


I
El que sacude la casa ajena,
que cuide su propio hogar,
como el viento que rompe puertas,
vuelve siempre al mismo lugar.
(¡Oh, Suiza sabia, cuántos secretos
en tu silencio sin edad!)


II
Si comes hasta saciarte,
el pan no sabrás probar,
así la gula, en su arte,
nos deja el hambre detrás.
(Escocia nos llama prudentes,
en la mesa de la humanidad).


III
Si no sabes sonreír,
no abras puertas ni tiendas,
que el alma que no se extiende
pierde su riqueza al vivir.
(China, anciana del mundo,
tu sonrisa siempre es verdad).


IV
Las buenas acciones son perlas,
perfume en el vasto mar,
haz el bien sin esperar,
que en ello yace tu fuerza.
(Polonia canta en su viento
la nobleza del actuar).


V
“Adorna tu mente,” murmura Oriente,
“con joyas que nunca se oxidan.”
Que la riqueza no es vestimenta,
sino un saber que siempre brilla.
(China, guardiana eterna
de las almas que suspiran).


VI
“La ira es viento fuerte,”
sopla América en su andar.
Cuida la lámpara del alma,
que se apaga al ventear.
(Los errores no son ajenos
cuando aprendemos a amar).


VII
Un árbol grande da sombra,
pero escasos frutos da,
que en la humildad se cosechan
las riquezas de verdad.
(Italia, cuna del arte,
nos susurra su moral).


VIII
Ama a tu esposa con fuerza,
y en tu madre confía sin cesar.
Que en el lazo que no se quiebra
la familia puede durar.
(Irlanda canta sus versos
en el eco de su mar).


IX
Ser humano es el camino,
ser hombre, la gran labor.
Que en cada paso divino
construyes tu propio honor.

(Rusia, firme entre nieves,
guarda la llama del sol).


X
Pon tus preocupaciones
en un bolsillo roto,
que la vida es un susurro
que nunca vuelve a oírse del todo.
(China vuelve, sabia guía,
a regalarnos su modo).


Epílogo
Así cantan los proverbios,
voces de siglos y pasos,
en el lenguaje callado
del alma y su eterno viaje.
Lleva estas letras contigo,
que en su seno vibra la llave:
ser humano, ser constante,
y en lo simple, hallar el arte.

Arturo Vásquez Urdiales

Quien le invita a compartir esta columna y desarrollar un mundo mejor llenitito de buenos lectores, agradezco mucho su atención

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